
FENG SHUI
Consejo de los Ángeles:
Nuestro entorno no es, ni más ni menos, que una extensión de nosotros
mismos
La antigüa práctica china del feng shui o el arte del
emplazamiento, se basa en la creencia de que todas las cosas poseen un campo
energético y que, por tanto, hay que buscar la situación más adecuada para la
armonía de los edificios y los objetos. El feng shui llega al extremo de
convertirse en una superstición. Por ejemplo, los chinos están convencidos de
que si la cocina representa la riqueza y el baño es el lugar por donde se escapa
el agua, éste nunca debe estar cerca de aquella, porque se escaparía la fortuna
de la familia. El feng shui no carece de lógica y su respeto por los espacios y
la estética nos puede enseñar muchas cosas, pero no debemos crear un espacio
basándonos en la superstición. Si perdemos dinero, no será porque el baño esté
enfrente de la cocina, sino, más probablemente, porque hayamos hecho una mala
inversión o tengamos algún asunto económico al que prestar atención. Los
ángeles nos advierten de que no debemos poner demasiado énfasis en las ideas
supersticiosas que, en vez de ayudarnos a dominar el entorno, producen los
efectos contrarios.
Otra de las creencias del feng shui es que la suerte de
los anteriores ocupantes de una casa se transmite a los nuevos, de modo que
nuestra vida podría seguir la dirección que tuvo la de los antigüos vecinos. Es
cierto que la vivienda tiene campos energéticos y que la energía negativa queda
atrapada en el espacio, pero también lo es que somos conscientes de nuestra
propia energía y si nos rodeamos de luz, amor y fuerzas angélicas, todas las
casas que habitemos tendrán nuestras buenas vibraciones y atraerán energías
positivas.
Meditación de los
Ángeles: Respeto las energías de mi entorno, pero sé que
mi actitud es la mejor predicción de mi suerte
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