"Un Maestro instruye a sus
discípulos mediante la palabra, pero
les instruye también en el silencio. Cuando les habla, va hacia
ellos, y cuando guarda silencio, son los discípulos que han de
ir hacia él para intentar alcanzar sus pensamientos, para unirse
a él en las regiones alejadas donde su alma vive y respira. He
aquí un ejercicio para hacer: intentad uniros a vuestro Maestro,
seguirlo en el espacio, subir, elevaros hasta el plano mental
superior, el plano causal.
les instruye también en el silencio. Cuando les habla, va hacia
ellos, y cuando guarda silencio, son los discípulos que han de
ir hacia él para intentar alcanzar sus pensamientos, para unirse
a él en las regiones alejadas donde su alma vive y respira. He
aquí un ejercicio para hacer: intentad uniros a vuestro Maestro,
seguirlo en el espacio, subir, elevaros hasta el plano mental
superior, el plano causal.
El silencio de un Maestro
puede instruir al discípulo tanto como
sus palabras. Aquí, es su alma la que recibe: ella ve, ella
siente, ella graba los pensamientos del Maestro. Si no sabe de
inmediato lo que su alma ha captado, es porque necesita tiempo
para que su cerebro se impregne de ello. Pero un día, más
adelante, le vendrán pensamientos, hará descubrimientos y
tendrá reminiscencias de las que incluso desconocerá su origen.
Simplemente será algo que hace tiempo captó junto a su Maestro
sus palabras. Aquí, es su alma la que recibe: ella ve, ella
siente, ella graba los pensamientos del Maestro. Si no sabe de
inmediato lo que su alma ha captado, es porque necesita tiempo
para que su cerebro se impregne de ello. Pero un día, más
adelante, le vendrán pensamientos, hará descubrimientos y
tendrá reminiscencias de las que incluso desconocerá su origen.
Simplemente será algo que hace tiempo captó junto a su Maestro
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