domingo, 17 de enero de 2010

LAS LUMINARIAS DE SAN BARTOLOME






Miles de personas se sumergen en el humo purificador de las luminarias de San Bartolomé

Esta circunstancia ha dificultado, en ocasiones, el paso por encima de las hogueras del más de un centenar de caballos, yeguas y burros, que son los auténticos protagonistas de esta costumbre que tiene una antigüedad superior a los dos siglos.

También ha dificultado el paso de los equinos la lluvia caída durante la jornada en San Bartolomé de Pinares, que ha provocado algunas caídas de los animales en el adoquinado de las calles.

El objetivo de este ritual era ahuyentar a los malos espíritus causantes de las epidemias que mataban a los animales de la zona, para lo que era imprescindible el humo purificador procedente de las hogueras.

Por ello, lejos de lo que muchos puedan pensar la primera vez que contemplan esta tradición, lo fundamental no es el fuego de las "luminarias", algunas de ellas enormes, sino el humo visible a kilómetros de distancia, gracias al trabajo realizado en los días previos por los vecinos de San Bartolomé.

Durante las últimas jornadas, muchos han sido los que se han acercado a los pinares más cercanos para recoger las escobas y los piornos que han sido quemados esta noche en la veintena de hogueras instaladas en las empinadas y adoquinadas cuestas de este pueblo que la noche previa a San Antón no duerme.

Pero para conseguir una atmósfera casi londinense, los vecinos del pueblo han arrojado previamente agua sobre las hogueras, de manera que el humo se ha impuesto a las llamas, cumpliendo su objetivo purificador.

Los defensores de esta tradición, cuestionada hace unos años por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA), sostienen que los animales no sufren ningún daño cuando pasan por encima de las hogueras.

Pese a las recomendaciones del Ayuntamiento, que aconseja a los jinetes no pasar por encima de las "luminarias", muchos de los dueños de los animales continúan haciéndolo con el apoyo de la gran mayoría del pueblo y los espectadores.

El público, cada vez más numeroso, se ha agolpado junto a las hogueras, lo que ha provocado momentos de cierto peligro para la integridad física de algunos espectadores.

La mayoría han podido captar a través de sus cámaras fotográficas y de vídeo algunos momentos de gran belleza plástica, dada la combinación de fuego, humo y animales en una noche mágica para San Bartolomé de Pinares.

A su paso por encima de las llamas, buena parte de los jinetes ha tapado sus rostro con pañuelos, al igual que el público reincidente en una de las primeras grandes tradiciones populares de la provincia de Ávila este año.

Cuando las "luminarias" se extingan a primera hora de la madrugada, los participantes descenderán de sus monturas y, junto al resto de los asistentes, aprovecharán los rescoldos para asar en ellos chorizo, morcilla, panceta y chuletillas, entre otros manjares con los que reponer fuerzas para seguir disfrutando de la noche.

viernes, 1 de enero de 2010

MAGIA DOMESTICA



En nuestro repaso a la Energía libre y a los intentos por obtenerla hay una relación entre los potenciales energéticos de niveles dimensionales superiores y algunas prácticas de magia negra que utilizan esta energía con fines perversos y que la tradición popular combate con rituales físicos o materiales.
Para la Ciencia son absurdas técnicas para limpiar las viviendas de fuerzas indeseables a las que se atribuyen enfermedades, mala suerte y el rápido mustiamiento de plantas En la mayoría de los casos, estos "fenómenos' están relacionados con emanaciones malsanas de origen telúrico -como las que se hallan en los cruces de las redes de Hartmann y Curry, sobre corrientes subterráneas de agua, oquedades...-, o con las o­ndas de forma nocivas emitidas por objetos con formas "agresivas" o muebles mal colocados.
Se trata de o­ndas, probablemente escalares o no herzianas, debidas a causas físicas.En algunos países se estudian ya tímidamente, y en China han dado lugar al sofisticado arte del Feng Shui.
Son mucho más frecuentes de lo que se cree; incluso en centros médicos con medios de diagnóstico adecuados son registradas en un número insospechado de pacientes.
Estos perjuicios de origen telúrico o similar, con una explicación física más o menos aceptable, se eliminan con procedimientos relacionados con la Física y la Radiestesia.
Los expertos geobiólogos conocen estos métodos y son los indicados para tratar el tema. Sin embargo, existen otras nocividades de origen presuntamente paranormal como maleficios, aojamientos o, incluso, molestas entidades que, según la creencia de muchos, merodean por el bajo astral y no es posible eliminar por las técnicas citadas.
Para limpiar las viviendas infestadas por estas fuerzas se utilizan popularmente una serie de rituales no demasiado complicados, en los que intervienen el agua, la sal, determinadas hierbas, aceite de oliva, sahumerios, velas, etc.; o bien un simple método como el de la sal y el vinagre.
La creencia general de la Ciencia es que esta magia funciona por la propia autosugestión del practicante que, después del correspondiente ritual y totalmente convencido de su efectividad, cambia su actitud negativa por una positiva que influye favorablemente en su entorno.
No obstante, la extrañeza de algunas anómalas reacciones físico-químicas que desafían las leyes de la Física y la Química nos hace pensar en la intervención de fuerzas desconocidas en estas limpiezas y que nada tienen que ver con la autosugestión.
Entre todos estos fenómenos, quizás el más espectacular es el ya citado de la sal y el vinagre. Enigma del ritual de la sal y el vinagre La sal y el vinagre son ingredientes míticos utilizados desde tiempos remotos en la Alquimia, en religiones, rituales de magia, etc.
Son elementos tradicionales de la hospitalidad en muchos países. Por ejemplo, según las Ordenanzas Militares de Carlos III, los soldados tenían derecho a exigirlos donde se alojasen.El ritual de la sal y el vinagre se basa en una reacción entre ambos compuestos, que podríamos situar en la frontera entre la físico-química y la brujería.
Es un proceso de limpieza muy antiguo, discutible si se quiere, pero que en la práctica elimina la nocividad o el maleficio en la mayoría de los casos. Para efectuar el ritual se echa un puñado de sal marina o sal gorda en un cuenco de barro -una vasija de loza o vidrio sirve igualmente- que contenga un poco de vinagre en el fondo. El cuenco se pone sobre un plato sopero -para evitar manchas- y se deja en reposo en un lugar de la habitación que se quiere purificar (encima de un armario, dentro de un cajón, o cualquier otro sitio donde no estorbe). Es entonces cuando ocurre lo insólito.
Si en el ambiente hay una negatividad, al día siguiente o antes comprobaremos cómo la sal ha trepado por las paredes interiores de la vasija llegando hasta el borde y baja por el exterior, derramándose en el plato, que para eso se pone.
La velocidad de esta reacción parece que depende de la intensidad de la negatividad, y a veces tarda varios días en iniciarse.
Normalmente se deja en reposo durante un par de semanas.
Los expertos aconsejan 13 días.
Si el ambiente está cargado y la sal ha remontado las paredes, habrá que limpiar el recipiente y repetir la operación con sal y vinagre nuevos por otros trece días, y así sucesivamente hasta que no haya indicios de reacción.
Esto indicará que la nocividad ha desaparecido.
Si la primera vez la reacción (la subida de la sal) es tímida, parece que con ello es suficiente y no hay que hacerlo de nuevo. Analizando el fenómeno desde el punto de vista físico-químico, una parte de la sal se disuelve en el vinagre, que queda saturado.
Esta solución se evapora ligeramente en la parte más superficial haciendo que cristalice otra vez la sal disuelta anteriormente.
En teoría sería posible que la solución ascendiera hasta el borde de la vasija a través de los nuevos cristales que se van formando en el límite de la superficie, que absorben el vinagre saturado de sal hacia arriba, formando capas superiores de cristales.
Pero este proceso es lento y llevaría semanas que la solución alcanzase el contorno del vaso. En el caso que nos ocupa lo frecuente es que en un día o menos la mezcla sobrepase el borde y se derrame en el plato.
Tiene que haber alguna causa que acelere el proceso, pero ¿cuál? De acuerdo con las leyes de la Química, esta reacción debería producirse o bien siempre que se opera de la misma manera o nunca.
¿Por qué no es reproducible y no se repite cada vez que aplicamos las mismas condiciones?
Cuando en la primera operación ha habido ascenso y derrame de sal y en la segunda -con la misma vasija u otra semejante, la misma cantidad de sal y vinagre, del mismo origen, y a temperatura y humedad similares- no ocurre nada, es que hay otra condición externa que ignoramos y que ha cambiado los factores.
¿Son estas molestas negatividades que supuestamente flotan por el ambiente y que luego desaparecen, las que lo provocan? Ante todo, esta reacción atenta contra el 2º Principio de termodinámica, ya que se crea un cierto orden (la sal que se encarama por la vasija, venciendo la gravedad) a partir de un desorden o elemento homogéneo (la disolución de la sal en el vinagre).
I. Prigogine logró demostrar que esto puede ocurrir con su teoría de las Estructuras Disipativas, que le valió el Premio Nóbel de Química en 1977. Para establecer su teoría se apoyó en la intrigante reacción Belusov-Zhabotinsky (BZ). Prigogine, sin rechazar el 2º Principio de Termodinámica probó que se podía sortear si se daban tres condiciones:
1.- Que se trate de un sistema no lineal, o sea en el que los efectos no sean proporcionales a las causas;
2.- Que esté alejado del equilibrio;
3.- Que un flujo de energía lo atraviese.
El fenómeno del ascenso de la sal es un típico ejemplo

Estrellitas en el mapa